viernes, 21 de agosto de 2009

EL

Era un hombre de pocas palabras, de mirar apagado y de caminar cabizbajo.Era hombre de sentimientos profundos que calaban tan fuerte y tan hondo que hacian daño.Su vida interior era rica. Rica en ideas, en pensamientos, su imaginación era la inmensidad del mar contenida en un cuerpo,el universo mismo inmerso en un átomo , tal parecía que su cuerpo podía estallar por su presión interior.
Me pregunto una y otra vez,¿ cómo podía encerrar y ocultar tanto poderío espiritual dentro de un cuerpo tan deforme y desprovisto de belleza?.
Por eso cuando lo ví por primera vez ,voltee la mirada, temí que mis ojos de princesa pudieran lastimarse con esa presencia desgastada y sufrida o tal vez temí lastimarlo en su dignidad de hombre al sentirse observado por unos ojos tan preciosos como los míos.
Al darle la espalda sentí gran alivio porque trazaba una frontera entre nuestros mundos aunque sentí su mirada taladrando mi cuello y deslizándose lascivamente por el largo de mi espalda.
La segunda vez fue distinto, tropecé con él a la vuelta de una esquina con tan mala suerte que se derramó sobre mí toda su abominable humanidad. Increpándolo con duras palabras lo aparté de mí y proclamé en todos los sentidos un ataque premeditado.
La reacción del público no se hizo esperar ,descargaron sobre él la rabia y el desdén que les producía la ignorancia, el miedo a lo desconocido, el pavor a reconocer en él algo distinto, especial.
Dos días entre fríos barrotesy un sucio colchón se pensó le quitarían los arrebatos de indecente, tal vez unos veinte latigazos le enderezarían la joroba o le cambiarían su mirada desprovista de luz.
El día que terminó su castigo caía con un gris infinitamente triste sobre las calles. No sabía que ocurría dento mío ni lo que me impulsaba hacia aquella esquina pero hacia allí caminaba a sabiendas que el encuentro sería inevitable.
Metros antes de llegar al ángulo fatal,él descendió de la acera como acosado por una terrorífica predicción.
La impresión fue muy grande ,dos días encerrado sin alimento,sin higiene,durmiendo en el suelo sumado a los golpes y maltratos hacían ver su anterior aspecto como algo bello y delicado.
Me detuve justo a tiempo para verlo pasar casi corriendo a pesar de su cojera, sin levantar la vista y arrastrando sus andrajosas ropas.
Lo seguí, no debía hacerlo pero lo seguí lentamente sin ocultarme.Largas horas duró la caminata, cuando ya iba a abandonar la persecusión llegó a lo que creí sería su casa.Jamás imaginé que podría vivir en un lugar así , un castillo...viejo y derrumbado en un cincuenta por ciento, sus paredes cubiertas de hiedra y enredaderas verdes y musgosas que dejaban desplazar una savia húmeda y pegajosa, los postigones abiertos y semicaídos, ya sin goznes ni vidrios los ventanales.La torre...alta,imponente,amenazadora y esa puerta entreabierta que me invitaba a entrar.
Dudé un momento antes de hacerlo,pero finalmente traspasé ese umbral y llegué a una sala totalmente gastada por el tiempo con muebles antiguos semiquemados,las cortinas parecían haberse incendiado, cenizas viejas decoraban el lugar y allí sobre una mesita cuidadosamente lustrada, un retrato.
Una joven de no más de 20 años, hermosa y de mirada radiante con una beba entre sus brazos y una flor entre sus manos, abrazando a ambas unos ojos como nunca había visto.Pertenecían al señor que las acompañaba en el retrato,encerraban tanto amor,ternura,pasión,miraban a la niña de la misma forma que se mira al futuro, abrazaban a la joven como se abraza un sueño realizado.
¿Dónde había visto esos ojos?¿Dónde?
Un sonido brusco me hizo volver y alli estaba:higienizado, peinado su cabello hacia atrás y sus ropas ya no pendían de su cuerpo como harapos.
Allí estaban esos ojos frente a mí, como resurgiendo de las cenizas ,focos intensos evadidos del retrato, estrellas fugaces cuyo brillo ,otrora inmensamente grande ,habíase consumido en una voraz explosión.
El silencio era total.Avanzó, tomó su retrato y dijo:mi esposa y mi hija...
La voz,su voz, jamás la había escuchado , hasta ese momento no se me había ocurrido que sabía hablar.
Continuó:-un incendio destruyó mi castillo, asesinó a mi familia y me convirtió en lo que soy, un ser horrible y abominable por fuera pero por dentro muy distinto...si me conocieras un poco tan solo...
Por primera vez me miró a los ojos y me sentí temblar bajo mis prendas, extendió sus manos y las posó sobre mis hombros, acercó su cuerpo peligrosamente al mío, me dió de beber su aliento de hombre ,le dí de de beber mi perfume de mujer.Lo demás fue demasiado rápido para recordarlo, cerré los ojos y ocurrió.Simplemente ocurrió.
Ahora aquí en el interior de mi cuarto de soltera acaricio mi vientre y siento crecer esos ojos y esa mirada en mi interior.De algo estoy segura un nuevo camino recorrerán esos ojos ,una nueva luz los hará brillar.
No me pregunten si fue amor o locura, después de aquellos momentos un incendio arrasó el castillo.La gente rumorea que fue el mismo incendio que misteriosamente había sido interrumpido años atrás.Jamás se lo volvió a ver.
A veces regreso a esas ruinas y siento que todo ese tiempo estuvo esperando por mí ,para dejarle al mundo su última semilla.
Agradézcole infinitamente ser su germinador...

OTOÑO

Mustias hojas
que evocan vida
pesarosas del pronto olvido.
Llanto seco
que surcó mi rostro,
mes de otoño y desamor.
Marchita palidez
del verde trunco de este mes.
Mes de otoño y del adiós.

DUDAS

Soñaba que yo morìa
y en el ocaso de mivida
algo mi mente invadìa.
¿Morìa yo para el mundo,
o el mundo morìa para mì?
¿Muere acaso el tosco leño
abrasado por el fuego
o son las ardientes llamas
devoradas por el leño?
¿Acaban las àcidas penas
con el riguroso llanto,
o son las tontas làgrimas
quienes acrecentan las penas?
¿Llega el elba a su fìn
cuando el sol abre sus ojos
o despierta el astro rey
cuando el alba ya se fue?
Entonces, ¿es la muerte
el fìn de mi austera vida
o acaba con ella
la existencia del mundo?
Sobre esta insondable duda
mi mente asolada gime:
¿muere mi mundo
o el mundo de ellos?
Si mi mundo perece
su senda espinosa andaré
más en llanto reiré
y de mi corazón trizas haré
si es su mundo el que padece.
¿Cómo saber si mi muerte,
es la de ellos,
cómo saber si su muerte
es mi suerte?
¿Cómo saber si el cielo
está oscuro
o es el pecado
quien llena de negrura
el candor de esas nubes?
¿Acaso acaba el pecado
con la confesión,
o es una forma de aprobarlo
su absolución?
Contrasta acaso
la alegría del que nace
con la nostalgia del que muere?
¿Que éste muera
y el otro nazca
no es sino un juego del destino,
o es tan solo
la resurrección del muerto
corporizado en un niño?
He tratado de sondear tu alma
intentando obtener respuesta,
mas mi duda no has saldado
y por ello sigo preguntando.

SER POETA

Esa margarita deshojada
y tirada en la vereda,
no la rosa perfumada
y altiva en el jardìn
me ha inspirado ser poeta.
Ese niño hambriado y descalzo
que vaga por las calles
sin saber adonde va,
no ese niño solitario
que muy triste esta
por no saber
con que juguete jugar,
me ha inspirado ser poeta.
Esa madre que llorando està
la muerte de su hijo
que por no tener
algo màs que palabras
lo dejò perecer, esa sì
me inspirò ser poeta, asì como ese niño ciego
que luchando està
como ese ser deforme
que caso omiso de las burlas hace,
como ese señor
que por nosotros
muriò en la cruz.
No me inspiran ser poeta
aquel que de su bondad
acentùa otras miserias,
aquel que protege
lo que luego explotarà,
aquel que ordena
sin descanso matar
no solo la vida
sino tambièn la esperanza,
aquel, aquel no me inspirò ser poeta.